2008-05-11

Tres alquimicas excentricidades ideológicas, dos muy oscuras pero originales (aunque no realmente substanciales o coherentes), y una tercera que tiene cierto impulso real:

El Stalinismo-no-Leninista de Tomasini Bassols

El stalinismo por todos conocido nació apoyándose en el culto a un Lenin altamente deformado. Claro está que desde los análisis del trotskismo se puede afirmar que el stalinismo está separado del leninismo por el río de la sangre de la vieja guardia bolchevique [link]. O sea, plantear el stalinismo como no leninista forma parte del, digamos, ABC del trotskismo. Pero, ideológicamente y hacía afuera, los stalinistas siempre afirmaron ser la continuación del leninismo y de Octubre. Inclusive, históricamente, el stalinismo no podría haber surgido sin definirse hasta el paroxismo como esa continuación. El culto a Lenin por parte del stalinismo se puede ver como una necesidad historica de la contrarrevolución termidoriana. Es por esto que esta posición es inédita:
Que quede claro de una vez por todas: sus adversarios no fueron nunca inocentes párvulos, abnegadas monjitas o moralistas desinteresados, sino gente capaz, con posibilidades y dispuesta a todo con tal de desplazarlo. El problema es que no pudieron porque, y aquí el parangón con Fidel Castro es inevitable, Stalin simplemente se volvió indispensable, insustituible: quien sabía tanto de producción de trigo como de producción de cañones, de ingeniería civil como de las perfidias de la diplomacia internacional, era Stalin.

Para ello, lo primero que hay que hacer es desligarlo de Lenin, quien a final de cuentas le sirvió como catalizador y canal para su propio desempeño político. Lenin, lo sabemos, dio un audaz golpe de estado y se entronizó en el poder, pero es innegable que hacia el final de su vida ya no tenía un programa político inequívoco y que, con tal de mantenerse en su posición de líder supremo (y de la cual era extraordinariamente celoso), estaba dispuesto a llegar a acuerdos con fuerzas sociales retrógradas y a pactar con quien fuera necesario hacerlo, enemigos incluidos. Su famosa Nueva Economía Política es el mejor testimonio de ello. Pero se topó con Stalin, quien venía con otra trayectoria, esto es, una trayectoria de contacto directo con los obreros reales y no nada más con la figura teórica del explotado, con la policía real pisándole los talones y no cómodamente organizando desde Suiza la sublevación. Y Stalin logró lo inconcebible: desplazó a Lenin y al poco tiempo, y sin mayores trabajos, a Trotsky. Se produjo entonces un corte en la historia de Rusia, y en verdad del mundo, porque lo que con Stalin ya al frente del gobierno como líder indiscutido se inició fue algo completamente nuevo, ni más ni menos que la invención y la construcción de la Unión Soviética. Por ello, dan ganas de decir: «A Lenin lo que es de Lenin, a Stalin el socialismo real». Así, eso que pasó a la historia como `Unión Soviética' es la gran creación de José Stalin. En este sentido, tal vez sólo Alejandro sea comparable a él.

Lo que Stalin forjó, en efecto, y a un costo - es cierto - gigantesco, fue una cultura que no tenía precedentes, un sistema totalmente nuevo de relaciones de propiedad y humanas, una nueva concepción del hombre, un arte nuevo y todo ello, oh! paradoja, en nombre precisamente de Lenin: estadios Lenin, avenidas Lenin, montañas Lenin, metro Lenin, museos Lenin, escuelas Lenin, etc. No es a otro sino a Stalin a quien Lenin debe su transformación en semi-dios. Así, pues, el primer gran logro de magnitudes seculares que se le puede atribuir a Stalin fue la creación de la primera gran sociedad socialista de la historia.

(...)

Sería absurdo negar que bajo Stalin y en su nombre se cometieron multitud de tropelías. Hay que decirlo: Stalin fue implacable. La vieja guardia leninista y el Alto Mando del Ejército Rojo, Katyn y Berlín, los kulaks y la oposición bujarinista, por no citar más que unos cuantos casos, podrían fácilmente testificar al respecto.


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El Leninismo-no-Trotskista-y-no-Stalinista de la "LECO" costarricense

Usualmente las corrientes que se definen continuadoras del leninismo se entroncan en el trotskismo o en el stalinismo. Y aquellas corrientes definidas marxistas que atacan tanto al trotskismo como al stalinismo suelen renegar de Lenin, como es el caso por izquierda de los comunistas consejistas o por derecha de los reformistas kautskistas. Claro que hay una infinidad de otras posiciones marxistas que se han planteado por fuera de estos "troncos" (ej, los "bujarinistas"). Pero tomar hoy una posición definida leninista sin que el discurso gravite en torno al trotskismo o al stalinismo es algo de una rareza extrema (en este caso, un delirio subrepticiamente stalinista):

La crítica implacable de Lenin ha sido oculta. Trotsky en lo que empieza a colaborar hoy, es en ser un ejemplo claro del arribismo de las posiciones liberales burguesas en el seno de la lucha obrera y del partido, que nos sirve como le sirvió a Lenin para confirmar que se debe ser implacable con los arribistas, y que el que hoy un miembro del partido de la clase obrera se entregue a la causa, no es garantía de su permanencia por la mención de simples frases de maquillaje revolucionario.

Con la mentalidad del Trotskismo, no hubiera Lenin atacado a Kautsky cuando renegó del marxismo, ni a Rosa Luxemburgo cuando apoyó al nacionalismo Alemán; tampoco hubiera Marx atacado al anarquismo; pues para la forma de pensar liberal que impulsó Trotsky y que mucho cala en los sectores acomodados, lejos de impulsarse el carácter científico crítico del marxismo, pasó a vulgarizarse como un dogma religioso de fórmulas memorísticas y esquemas absolutos.

El estalinismo que fue otra de las vertientes que se dedicó a tratar de destruir el bolchevismo, con ideas burguesas, también atacó a Trotsky. Pero hay que recordar que Estalin se encargó de asesinar inclusive a sus aliados para no tener ninguna disputa posible con quienes conocían sus mecanismos para controlar el poder y destruir el partido. Los filisteos ayudantes del imperialismo (consecuentemente) nos atacarán de estalinistas por atacar a Trotsky, y podrán decir que si acaso iremos luego a atacar a Lenin y a Marx, cuando lo que dejan ver es que están evitando a toda costa el estudio de las polémicas de Lenin hacia Trotsky, que han abandonado (si es que han tenido) el más mínimo comportamiento científico con la teoría, más nosotros junto a Lenin preferimos "decir la verdad con desacierto que silenciarla si la cuestión es grave"

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Desde entonces el referente político organizativo de clase que significó el bolchevismo y la teoría de Lenin, ha sido castrado por un lado por Estalin y el estalinismo y por el otro por Trotsky y el trotskismo.

(...)

El trotskismo ha sido una amalgama de todo género oportunista, que busca crear una maraña de categorías y esquemas formales para confundir los conceptos claros del marxismo y del leninismo. Una amalgama que en todas partes tiene hilos conductores que lo amarran al estalinismo, en su desesperada lucha por defender los intereses capitalistas. Esto es una muestra clara de cómo bajo la disciplina obrera del partido y el control vigilante de los obreros un centrista puede olvidar su egoísmo y servir a la revolución, pero en el momento que no demuestre su abnegación al proletariado, debe ser desechado y tratado como saqueador.

(...)

A estos revolucionarios de palabra y liberales burgueses de hecho, deben cobrar las masas las múltiples traiciones históricas que han sufrido; no hay lugar para estalinistas, ni trotskistas, ni castristas, ni sandinistas, en las filas del partido obrero, el partido real no de palabra, el partido independiente de los liquidadores y contra ellos.


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Estas dos posiciones sin substancia no son mas que excentricidades de individuos sin influencia. Pero quizás sean interesantes en alguna medida como disparadoras de ejercicios mentales (aunque muy, muy en el aire).

Se puede plantear en el primer caso el por qué no hubo, antes de la caída de la URSS, movimientos ideologicos en ese sentido. O sea, stalinistas que renegaban abiertamente de Lenin pero conservando su stalinismo. Claramente la explicación se encuentra en el mismo origen del stalinismo, de su necesidad de apoyarse en la figura de Lenin. O sea, del stalinismo como algo sin substancia en sí. Y aún más importante, que de las múltiples posibilidades de transformación ideólogica las que se difunden son aquellas que empalman con los intereses materiales concretos de grupos sociales. La conversión prototipica de la burocracia rusa y los PC's satélites desde el stalinismo, fue hacía la negación del comunismo en su totalidad y la adopción abierta de posiciones centroizquierdistas que planteaban claramente no sacar nunca los pies fuera del plato del capitalismo. O sea, la transformación ideólogica siguió al movimiento social basado en los intereses materiales de la burocracia que se convertía en burguesía oligarquica.

En el caso de la segunda posición, por más escueta y burda que sea, plantea otra pregunta interesante, al menos como malabarismo mental. Es posible un leninismo por fuera del stalinismo y del trotskismo? Una especie de camino intermedio o de rescate de un supuesto leninismo original? Lo que se ve (apenas esbozado) en esta posición no son más que refritos de las calumnias stalinistas al trotskismo, y una condena al stalinismo muy al pasar. Entonces, queriendo pararse en el leninismo, se ataca a Trotsky con las viejas calumnias stalinistas. Lo que lleva a la siguiente pregunta. Es posible pararse desde el leninismo y atacar al stalinismo sin adoptar la crítica de Trotsky hacia este? Hay una critica al stalinismo alternativa a la de Trotsky que no caiga en el antileninismo? Parece que no.


Los Nacional-Bolcheviques

Las dos anteriores no poseen ninguna presencia concreta. Esta en cambio es jodida, porque tiene cierta tracción en la realidad rusa. Los nacional bolcheviques combinan la iconografía comunista con la nazi. En principio pueden parecer simplemente una ocurrencia bizarra, inclusive mucho más descolgada que las anteriores posiciones. Pero hay dos factores que obligan a analizar un poco más detalladamente, dos factores que están relacionados entre sí. El primero es que ganaron cierta prominencia en la política rusa, el segundo es que su excentricidad replica la de un patrón ya conocido que se encarnó socialmente y fue real, el fascismo.

Los nazbol son emergentes del proceso de restauración capitalista en la URSS, un proceso que necesariamente debe atacar las conquistas sociales de la clase trabajadora. En donde no se ve en el horizonte próximo un desarrollo del capitalismo que redunde en mejoras sustanciales para el conjunto de la población. Claramente se basan en la nostalgia nacionalista por el pasado glorioso de potencia de la URSS (por qué habrían de ir más atrás?). Y lo hacen dentro del contexto de la crisis de la restauración capitalista, y salta a la vista que tienen una ensalada ideológica incoherente en la cabeza. Pero los nazis también se basaban en una ensalada ideológica y apelaban a la idea del "pasado glorioso" nacional, y también empezaron como un movimiento marginal.

NUESTRO PENSAMIENTO: EL OXÍMORON NACIONAL-COMUNISTA.

Nuestras fuentes ideológicas y referentes abarcan desde los clásicos marxistas europeos (Marx, Lenin, Stalin, Trotsky, Gramsci), los marxistas iberoamericanos (Mariátegui, Guevara, Castro, Jorge Abelardo Ramos) y del tercer mundo en general (Mao, Ho Chi Minh), los llamados nacional-bolcheviques (Radek, Liszt, Lenz, Niekisch, Strasser, Thiriart,Dugin, Luc Michel ), los representantes del socialismo no marxista y autogestionario (Sorel, Bakunin, Prouhdon, Durruti, Pestaña), los representantes del nacionalismo revolucionario (peronistas montoneros, bolivarianos, sanmartinianos, artiguistas, martianos), los socialistas panárabes (nasseristas, baasistas), los islamistas revolucionarios (Khomeini, Shariati), etc.

Damos a nuestro pensamiento el nombre de Nacional-Comunismo, oxímoron que debe ser entendido como síntesis revolucionaria, acción sinérgica, transversalidad y convergencia de extremos aparentemente irreconciliables (nacionalismo e internacionalismo, tradición y revolución, valores materiales y espirituales).
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Al igual que los nazis en sus comienzos, combinan un nucleo derechista y ultra nacionalista con demagogia socialista. Y al igual que los primeros, se presentan como el partido de la "acción" en el medio de un mar de descontento signado por la aparente falta de alternativas políticas reales. En cierto punto se los puede ver como la consecuencia lógica del stalinismo, en donde el movimiento desde el internacionalismo leninista a la adoración a la "gran madre rusia" stalinista se lleva a su extremo. Emergen en un contexto diferente al de los grupos neonazis del primer mundo, un contexto golpeado por la crisis y marcado por el derrumbe reciente desde el lugar de potencia, mucho más análogo al de Alemania post primera guerra. Por el momento son pequeños, pero podrían ser el embrión de algo mayor. Eventualmente pueden ser impulsadoa por poderes mayores, estructurales (así como la gran burguesía alemana impulsó a los nazis financieramente) y sirven como una reserva y semillero de cuadros de la reacción. No hay que perderlos de vista. [link] [link]

Y hasta se están poniendo "creativos" con la agitación: [link]

2008-05-03

Zdzislaw Beksinski (1929-2005)


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